Filosofia
Nuestra Filosofía
Desde el punto donde miramos la educación, convergen diferentes perspectivas tanto científicas como espirituales y psicológicas. La principal esencia es el reconocimiento de la naturaleza humana a través de la confianza en sus procesos y el profundo respeto de las dimensiones que lo acompañan (emocional, mental, físico y espiritual).
La educación viva y consciente no es una metodología, si no que propone una nueva forma de ser o estar en un ambiente educativo desde la presencia, que la comprendemos en el estar aquí y ahora, conectado con el presente, para ello requerirá de varios elementos pauteados y organizados entorno a la generación de una reflexión y diálogo constante entre los profesionales de la comunidad educativa, de un trabajo de autoanálisis y autocuidado de sí mismos, del entorno y de la integración de las familias en el proceso de aprendizaje.
Esta forma de educar reconoce las partes y el todo desde lo vivo, lo biológico, lo psicológico y lo espiritual. Se trata de organizar las acciones llevadas a cabo donde el objetivo estará centrado en el cuidado de las relaciones humanas, desde las cuales surgen los aprendizajes significativos, que darán a la experiencia de ese ser humano en desarrollo (niñxs y jóvenes) bienestar y significado a su vida.
Es por ello que las bases filosóficas de este movimiento educativo que llamado educación viva y consciente se desarrollan a través de los grandes aportes investigativos de Claudio Naranjo, de Humberto Maturana y Claudio Varela, Edgar Morin, Teoría de los sistemas educativos y las contribuciones de las neurociencias aplicadas en la educación.
La educación dirigida a la totalidad de la persona
Este concepto de totalidad de la persona se basa en las investigaciones y aportes del Psiquiatra Chileno Claudio Naranjo, lo llama contra-control, que busca resurgir el echo de educar para la libertad y la autonomía en orden de la obtención de auténticos individuos y no robots o conformistas que evitan los problemas.
Esta mirada de educación holística busca dar respuesta a la diversidad y la individualidad reconociendo a la persona en su totalidad cuerpo, emociones, intelecto y espíritu. Busca reeducar para recentrar a los docentes con la finalidad de la educación para poder contrastarla con la cotidianidad.
La teoría de la autopoiesis
Los aportes de los biólogos chilenos Humberto Maturana y Claudio Varela sobre la capacidad innata que tienen todos los organismos vivos de construirse, mantener y tomar decisiones desde su sabiduría biológica y estructuras internas, lo cual al traducir esta teoría en el concepto de lo humano bilógico, significa que todos tenemos la capacidad de autorregularnos, de tomar decisiones y aprender por nosotros mismos.
Pero deben darse las oportunidades para puedan desplegar su autonomía, si estas condiciones no se dan, el ser humano ya no estará en contacto consigo mismo, por lo que no podrá saber y reconocer sus propias necesidades y acumularía tensiones y frustraciones.
La teoría de sistemas
En un sentido amplio la teoría Sistémica aplicada en la educación es la que nos enseña a mirar, ubicarnos y relacionarnos adecuadamente con los sistemas humanos que nos rodean y con aquellos a los que pertenecemos; ya sean escolares, familiares, sociales u organizacionales.
Es la disciplina que, a través de diferentes técnicas, entre ellas los movimientos sistémicos, nos permite apreciar el funcionamiento de los sistemas, descubrir cómo sus integrantes se relacionan entre sí, el orden existente, y si cada cual ocupa el lugar que le corresponde dentro de ellos. Todo ello a fin de reestablecer el equilibrio dentro de los mismos y poder así acceder a las fuentes de la fuerza que dichos sistemas albergan para cada uno de sus miembros (Pastor, 2006).
Como señala Angélica Olvera, “Es la interrelación del proceso de trabajo personal de los maestros, el trabajo con los alumnos y la contextualización dentro de los órdenes del amor de ciertos contenidos curriculares a nivel educativo, junto con la necesaria inclusión de los padres de alumnos dentro del proceso de educación” (Olvera ,2004) .
Paradigma de la complejidad
Es un concepto utilizado por Edgar Morín quien fue un filósofo, político y sociólogo francés, plantea la complejidad dentro el sistema desde la base que los individuos poseen conocimientos que son ambiguos, desordenados, que necesitan de acciones retroalimentadores y proponen un abordaje que se da de manera multidisciplinaria y multirreferenciada para lograr la construcción del pensamiento.
El cual, se desarrolla con un análisis profundo de diversos elementos que componen a la certeza. Estos elementos, son los que se basan en la complejidad que se caracterizan por tener muchas partes que forman un conjunto intrincado y por lo tanto, son sumamente difíciles de conocer.
A nivel escolar, la idea de la complejidad nos ayuda a comprender que no existe un solo método que pueda ser el adecuado para todos y en cualquier situación.
Pero si podemos dar respuesta a esta complejidad cuando entendemos todas sus partes y en ello el diálogo y la reflexión docente buscará y dará respuesta de manera conjunta a los elementos centrales para dilucidar la mejor solución al problema.
Por ejemplo, enseñar a leer y escribir que es un proceso complejo, que requiere de múltiples factores para que pueda surgir con éxito desde el temperamento de los niñxs, historia familiar, contexto cultural, contexto social, etc.
Las neurociencias aplicadas a la educación
La Neurociencia investiga el funcionamiento del sistema nervioso y en especial del cerebro, con el fin de acercarse a la comprensión de los mecanismos que regulan el control de las reacciones nerviosas y su comportamiento. Las investigaciones en esta área han revelado, por ejemplo, que la curiosidad y la emoción juegan un papel relevante en la adquisición de nuevos conocimientos.
Por su parte, la Neurociencia educativa es "una disciplina que pretende integrar los conocimientos neurocientíficos acerca de cómo funciona y aprende el cerebro en el ámbito educativo", explican Anna Carballo Márquez y Marta Portero Tresserra, psicólogas y doctoras en Neurociencias en su libro 10 ideas clave. Neurociencia y educación. Aportaciones para el aula (2018).
El cerebro tiene una capacidad de adaptación durante toda nuestra vida, conocida como plasticidad cerebral, responsable de que este órgano se remodele y adapte continuamente a partir de las experiencias que vivimos y de lo que aprendemos.
Aprendemos más y mejor en interacción y cooperación social porque el cerebro está diseñado para vivir y convivir en sociedad. Un nivel alto de estrés provoca un impacto negativo en el aprendizaje. Las emociones y el estado de ánimo afectan de manera positiva o negativas al cerebro y sus funciones. Las experiencias directas y multisensoriales propician que las personas aprendan mejor. Los ejercicios y el movimiento están conectados con el aprendizaje. La música y el arte transforman el cerebro y favorecen una experiencia más efectiva de aprendizaje. La capacidad del cerebro para guardar información es ilimitada y maleable.
Factores como la alimentación, la calidad del sueño, el entorno socioeconómico y cultural, las lesiones cerebrales, la genética y los aprendizajes previos consolidados ejercen influencia en el cerebro y por ende la manera que aprende.
El estrés, la tristeza, la soledad o una mala condición física pueden perjudicar el buen funcionamiento de la corteza prefrontal del cerebro, responsable de las llamadas funciones ejecutivas (control inhibitorio, memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva), que son fundamentales para el desarrollo académico y personal de los estudiantes.